Hoy no quiero hablar de educación, ni de días especiales o eventos de clase. Hoy no, hoy solo hablaré de mi pelo.
Mi pelo, como el de todos, me acompaña desde que nací, al principio era pelona, una leve pelusilla cubría mi cabeza, parecía que sería morena, aunque no demasiado oscura, y sí, salió, abundante, rebelde, encrespado...
Como todas las niñas, yo quería dejarlo crecer bien largo pero a mi madre no le parecía buena idea y me lo cortaba todos los veranos en una media melena; como cuando yo era pequeña no había costumbre en mi casa de usar cepillo, todos los días había una gran pelea por las mañanas, llantos y algún que otro tortazo en el culo para conseguir domar aquel pelo, que además siempre estaba lleno de enredos, con la única ayuda de un peine.
No había foto en la que no saliera despeinada. Desde muy pequeña todo el mundo hablaba de lo mal peinada que iba. Incluso de mayor mi amiga Paqui Ojeda me preguntaba " ¿Loli tú te has peinado? cuando veía mi melena enmarañada, al rato de llegar al cole.
Y sí, yo me peinaba cada día, incluso llevaba un cepillito en el bolso para retocarme, pero nada parecía dar resultado.
Distintos cortes, distintas peluqueras, una que venía a casa dos veces en semana y que cobraba baratito. Todo se probó, sin demasiado éxito.
Finalmente este año elegí un peinado asimétrico,eché espuma para rizos, sequé con difusor y el milagro se ha hecho. Mi pelo, sólo necesita por las mañanas un poquito de agua y moverlo con las manos. Y dura peinado toda la semana o hasta que yo decida lavarlo y empezar el proceso. A veces cuando me levanto de la cama,a mí, me gusta el "look" informal que presenta.
He esperado mucho, tengo 52 años, he soportado las críticas, he tomado medidas y por fin se obró el milagro.
Lo que nunca hice fue, no querer mi pelo. Siempre me pareció fantàstico, porque hiciera lo que hiciera con él, se cortaba y volvía a salir de nuevo, SIN RENDIRSE, nunca me preocupó demasiado no ser la mejor peinada, aunque eso sí, admiraba a quien lo estaba.
Siempre pensé que algún día cuando fuera mayor, jubilada, con tiempo suficiente iba a ir súper peinada, yo como mi pelo también me resistía a RENDIRME. Aunque si soy sincera siempre me ha gustado ese toque despeinado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario